Bien aisladas. La madera nos protege del frío y del calor.
Saludables. Los materiales de una casa deben “transpirar”. Por eso es más saludable una casa de madera que de otro material dada su capacidad de regular la humedad relativa.
Silenciosas. El aislamiento acústico que proporciona la madera es fácil de comprobar al entrar en una casa que emplee ese material en suelos, paredes y/o techos. No se escucha una mosca.
Robustas. La madera tiene la misma resistencia que el acero en relación con su peso. Por eso las propiedades mecánicas de la madera son óptimas para construir estructuras estables.
Accesibles. La madera es el material más adaptable que existe, facilitando el poder modificar puertas, crear rampas o mejorar la accesibilidad.