El objetivo era fomentar el papel de las masas forestales como generadoras de recursos y empleo.
Para ello se ha desarrollado y promocionado modelos de certificación forestal adaptados a montes con vocación productora. Se ha avanzado en la puesta en marcha de certificaciones en grupo bajo el sistema del FSC en diferentes ámbitos geográficos y para cinco productos forestales distintos: corcho, resina, biomasa forestal residual, maderas nobles de frondosas y madera con destino fibra para pasta de papel.
Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino y el FEADER
Las experiencias piloto de certificación en grupo se han realizado en las siguientes comunidades autónomas: Galicia, Asturias, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Andalucía.
Corcho: Sierra de Aracena-Picos de Aroche (Huelva)
Resina: Sierras de Cuenca y Albacete
Fibra para pasta de papel: Galicia
Madera de frondosas nobles: Asturias
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Objetivos
Desde el comienzo del proyecto, los promotores han desarrollado y promocionado ciertos modelos de certificación forestal adaptados a los montes con vocación productora. El objetivo era fomentar el papel de las masas forestales como generadoras de recursos y empleo y por ello se avanzó en la puesta en marcha de certificaciones en grupo bajo el sistema del FSC en diferentes ámbitos geográficos y para distintos productos.
La idea era establecer las condiciones necesarias para la creación de, al menos, 5 grupos de gestión forestal para la implantación progresiva de la certificación antes mencionada en los ámbitos geográficos de su gestión.
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Metodología y análisis
La metodología seguida por el proyecto ha consistido en la búsqueda de propietarios de montes interesados en participar de esta experiencia. Seguidamente, se ha realizado un estudio de la gestión y el estado de sus montes, comparándolo con los estándares españoles de gestión forestal, y realizando una preevaluación en algunos casos. Finalmente se han comunicado los resultados y se ha realizado un análisis de las regiones más convenientes para reproducir este proyecto.
Para extraer la máxima información se crearon grupos de montes (o gestión) cuya producción principal fuesen productos distintos: corcho, resina, biomasa residual forestal, madera con destino principal masa de papel y madera de frondosas nobles. En estos grupos participaron un total de 184 propietarios (dos ayuntamientos, tres comunidades vecinales, cuatro empresas y 175 propietarios privados).
Una vez organizados estos grupos, se realizó un análisis del desarrollo de las actividades realizadas y posteriormente se redactó un informe por cada uno de ellos para registrar los resultados conseguidos. Igualmente se elaboró diverso material informativo relativo a las diferentes pruebas realizadas. Todo ello sirvió para el análisis de los ámbitos geográficos susceptibles de replicar estos modelos de certificación y para realizar un informe que recogía las posibles ubicaciones para la reproducción de este modelo de certificación de pequeños propietarios.Posteriormente a esta labor de análisis y estudio, se organizaron varios talleres de información y participación pública para la presentación y discusión de resultados así como una campaña de difusión de los mismos a través de nuestra web, haciendo llegar una nota de prensa a diversos medios de comunicación y realizando un vídeo acerca de la ejecución del proyecto.
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Resultados
Los estudios llevados a cabo revelaron que la certificación en grupo resulta ser la más favorecedora para los pequeños propietarios, pues el precio de implantación y auditorías disminuye considerablemente. Teniendo en cuenta que la parte más costosa del proceso de certificación es la redacción de planes de gestión (proyectos de ordenación) previa al proceso del FSC en sí mismo, cuando estos planes ya existen el proceso es mucho más rápido y económico.
Los resultados de esta iniciativa han sido muy positivos, ya que se ha conseguido revalorizar la producción de productos forestales representativos de distintas regiones de nuestro país a través de este tipo de certificación, y mejorar la conexión existente entre la industria (demanda) y el pequeño propietario (oferta). Además se ha potenciado el tejido asociativo y cooperativo de los propietarios rurales, creando entidades forestales de grupo. Por otra parte también es importante destacar que con este proyecto piloto se ha posibilitado la capacitación de la población local en la gestión forestal responsable, a través del aprendizaje de herramientas como la certificación y la viabilidad de modalidades de ésta, como la certificación grupal.
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Conclusiones
El medio ambiente también sale fortalecido gracias a este tipo de actividades ya que se consigue preservar y mejorar la biodiversidad de los montes, crear estructuras más resistentes ante los incendios, respetar los cursos de agua y restaurar zonas degradas
Estamos, por tanto, ante un proyecto beneficioso en varios sentidos e innovador, ya que este tipo de modalidad de certificación es muy novedosa en nuestro país, tanto para la producción de madera para pasta como para la producción de madera de calidad. Igualmente también es una iniciativa pionera para los fabricantes de corcho, abriendo una nueva vía a la certificación sostenible y rentable de los productos derivados de este material. Por último destacar que en cuanto a la resina y la biomasa forestal, la certificación FSC es totalmente innovadora ya que no existen aún estos productos en los mercados.Una vez terminado el proyecto, se puede concluir que la implantación de sistemas de gestión forestal sostenible añade a estas prácticas la garantía de una gestión responsable y respetuosa con el medioambiente, que es económicamente viable y socialmente beneficiosa, sin olvidar que los productos certificados FSC tienen un valor añadido y son más competitivos en los mercados.