Los responsables del programa de política social de FSC Internacional han seleccionado al grupo de gestión forestal Alvariza para publicar una noticia sobre esta iniciativa en crecimiento que reunía, en enero de 2016, más de 3.600 hectáreas en más de 670 unidades de gestión forestal. Cuenta además con una red de áreas de conservación que supera las 420 hectáreas y las 100 hectáreas clasificadas como superficie con Alto Valor de Conservación.
En Galicia es muy antigua la costumbre de asegurar que los hijos jamás se queden sin acceso a una tierra que muchas veces incluye pequeñas manchas forestales. En general, estas parcelas de bosque se manejan como la herencia recibida de los abuelos que sirve para pagar extras como educación, bodas o tratamientos médicos.
Sin embargo, este hecho explica que las propiedades se hayan ido reduciendo cada vez más puesto que hasta las tierras de cultivo y los bosques se reparten entre todos los herederos. La mayor parte de los montes gallegos albergan por ello una infinidad de pequeñas parcelas.
En ocasiones un gran propietario forestal, buscando extraer la mayor productividad de su parcela, planta y tala lo más rápidamente posible, importándole poco el impacto para el medioambiente y el área circundante. No es lo que ocurre en Galicia, donde la pequeña propiedad imprime un ritmo mucho más bajo y meditado.
El potencial
Galicia es el área silvícola más importante de España y produce alrededor del 40% de su madera en el 6% de sus tierras. La silvicultura tiene en esta región un enorme potencial como impulsora del desarrollo económico.
Sin embargo, los patrones habituales de propiedad de la tierra son el principal obstáculo para el manejo forestal sostenible y, en consecuencia, para el desarrollo del sector.
El grupo Alvariza, parte de la empresa Enxeñeria Forestal Asefor, está trabajando para mejorarlo. El grupo fue creado en 2010 para facilitar el acceso de los pequeños propietarios a la certificación FSC y trabaja principalmente en Galicia.
“A menudo es en las parcelas más pequeñas donde la conservación corre mayor peligro”, nos dice Manuel Beiro, socio fundador de Alvariza. “Es aquí donde concentramos gran parte de nuestro esfuerzo de conservación. Cualquier aportación que las pequeñas superficies hagan para promover la diversidad biológica es positiva, sobre todo cuando se realiza en un conjunto de propiedades de un área concreta”.
Alvariza reúne a los pequeños propietarios, equipándolos y motivándolos a practicar juntos la gestión forestal responsable de sus bosques.
“Alentamos a los pequeños propietarios a profesionalizar sus actividades en un marco respetuoso con el medioambiente y económicamente viable, especialmente en áreas rurales que carecen de otros medios para acceder a esta información”, explica Beiro. Y añade: “El grupo se convierte así en un puente entre el productor, las administraciones públicas y la industria forestal, todo dentro de estándar exigente como el que establece FSC”.
Los conocimientos
“Al principio fue complicado”, recuerda Manuel. “No había experiencia previa sobre certificación FSC en pequeñas propiedades forestales en Galicia y la gente se mostraba escéptica. En general, se desconocía la certificación FSC, la legislación forestal y ambiental, y otras cuestiones que condicionaban la gestión forestal, además a los propietarios, maderistas e industriales les parecía muy difícil cumplir con los estándares FSC”.
Alvariza se comprometió a informar y formar a los propietarios. Para lograrlo, lo esencial era asegurar “que los canales de información y las iniciativas de formación de las industrias y otras organizaciones forestales actuasen con la máxima eficiencia”, nos dice Manuel.
Los resultados han sido positivos, y el apoyo de pequeños propietarios al grupo ha ido creciendo de manera constante a través de los años.
El Fondo FSC para pequeños propietarios
El Fondo FSC para pequeños propietarios (Smallholder Fund) apoyó la preparación de Alvariza para el cumplimiento de la certificación FSC. También financió un estudio sobre nuevos productos, mercados de exportación y la posible ampliación a productos forestales no maderables, como las castañas.
El grupo logró su primer certificado FSC de Gestión Forestal y Cadena de Custodia en 2013. La certificación se amplió a Portugal en 2014, y a Extremadura y más especies productoras de madera (pino de Oregón, castaño, roble, abedul, fresno, chopo, nogal y cerezo) en enero de 2016.
Alvariza tiene ahora más de 800 pequeños propietarios como miembros, cada uno de ellos con un promedio de 1,5 hectáreas de bosque.
Son también miembros ocho montes comunales, con superficies comprendidas entre 100 y 2.500 hectáreas. Desde hace siglos, los vecinos han aprovechado de estos montes leñas, madera, agua, caza y recreo. Las ganancias se destinan a la gestión forestal y a satisfacer las necesidades de las comunidades.
Los miembros del grupo FSC Alvariza producen principalmente madera de eucalipto y pino, vendiéndola a algunos de los más de 200 compradores certificados FSC en cadena de custodia de España y Portugal.
Alto valor de conservación
A Galicia se le conoce también como el “país de los mil ríos”. Naturalmente, las zonas de ribera – los ecosistemas que se encuentran en los márgenes fluviales – son fundamentales para Alvariza. “Se trata de corredores ecológicos y lugares cruciales para la biodiversidad”, nos señala Manuel.
Abarcan también áreas de Alto Valor de Conservación (AVC), un concepto FSC empleado para identificar áreas con vegetación, fauna u otras características de gran importancia ambiental (y en ocasiones social para las comunidades locales), como las áreas forestales de Monfragüe de la Comunidad de Terrenos Mancomunados de Higuera de Albalat (Cáceres) o el Castro de Famelga en la comunidad de montes vecinales en mano común de Augasantas (Cotobade, Pontevedra).
Más del 10% de la superficie de las propiedades de los miembros de Alvariza está incluido en la red de áreas de conservación del grupo FSC, que seguirán estando bien conservadas y gestionadas durante generaciones.
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