El sector de la construcción es Europa es responsable del consumo del 40% del consumo de energía y del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero. La neutralidad climática a 2050, también incluye al sector de la construcción y la utilización de materiales más sostenibles, menos contaminantes, que generen menos residuos y que promuevan el reciclaje y la circularidad, ocupa un lugar importante en el camino hacia la descarbonización. La utilización de madera será una de las soluciones basadas en la naturaleza con más potencial para lograr este fin.
En esta entrevista a Jacobo Aboal, director de la Agencia Gallega de la Industria Forestal, explicamos la iniciativa de la XUNTA para promover el uso de madera en estructuras en un 20% de las edificaciones impulsadas por el Gobierno autonómico por medio de subvenciones de hasta 2 millones de euros en 2024, las razones para poner en marcha esta medida, en qué elementos estructurales de las edificaciones se promueve el uso de madera, tipo de edificaciones, si la medida es exportable a otras comunidades y si la sociedad está preparada para este cambio de mentalidad con respecto al uso de la madera en la construcción.
Para FSC, como esquema de certificación forestal, esta iniciativa tiene un gran valor para los bosques y su gestión sostenible, pues, como explica Jacobo Aboal, la madera que posea un certificado forestal tiene un protagonismo especial, pues obtendrá mayor porcentaje de subvención en las ayudas públicas que destinará Galicia para promover el uso de madera en la construcción.
Qué es la XERA, sus objetivos y líneas principales de ayudas y subvenciones al sector forestal gallego.
La Agencia Gallega de la Industria Forestal XERA es una agencia pública encuadrada dentro de las entidades instrumentales del sector público autonómico de Galicia, con personalidad jurídica propia y adscrita a la Consellería de Medio Rural. El Centro de investigación e innovación CIS-Madera forma parte de la Agencia.
Los principales objetivos de la Agencia son la elaboración de estrategias y planes en materia de industria forestal, la mejora de la competitividad y la innovación de las empresas vinculadas a la cadena monte-industria, la transferencia de conocimiento y tecnología, el incentivo en materia de formación y cualificación del personal empleado y la coordinación los centros de investigación y tecnológicos vinculados a la industria forestal.
Su acción principal se ejerce a través de líneas de fomento, existiendo ayudas públicas para maquinaria, equipamientos e instalaciones dirigidas a todos los eslabones de la industria forestal-madera (incluido mobiliario y segmento del contract), también en materia de ecoinnovación o digitalización, de fomento de la madera con fines estructurales en la construcción o para la formación no reglada dirigidas al sector. Además, la labor de las tecnólogas y tecnólogos de CIS-Madera permite participar en proyectos europeos (Interreg, H2020) así como liderar proyectos tecnológicos propios.
¿Qué otras entidades a nivel nacional tienen o cumplen el mismo fin?
Existen entidades no estrictamente iguales, pero sí similares, compartiendo determinados fines y objetivos, las fundaciones como CESEFOR (Castilla y León), CETEMAS (Asturias), Hazi (País Vasco) son ejemplos similares.
La XUNTA, a través de la XERA va a promover el uso de utilización de madera en la estructura de hasta el 20% de las edificaciones impulsadas por el Gobierno Autonómico. Y además la XERA ha elaborado una guía para para fomentar la madera en la contratación pública de edificaciones sostenibles.
Reproducimos una de tus declaracionones: “el uso de la madera estructural en la construcción constituye un eje clave en las políticas de descarbonización y, además de por razones técnicas y sociales, tiene un potente retorno económico: cada euro invertido en este material supone otro euro en el circuito regional, en un efecto que se multiplica con el empleo de madera local”
¿Puedes explicarnos algo más esta idea?
Tal como se señala en la propia Guía, para examinar las implicaciones sociales y económicas que conlleva el aumento de la cuota de mercado de madera en la construcción, a escala regional, cabe tomar en consideración dos aspectos: (1) cambios en el consumo de los bienes y servicios necesarios en la construcción y (2) efectos que estos cambios provocan en otras partes de la economía.
En relación con lo anterior, lógicamente, el origen de las materias primas utilizadas tiene un efecto relevante.
Un estudio desarrollado desde el Instituto Ruralia[1] (Universidad de Helsinki), aplicando un modelo de simulación y tomando como referencia la región finlandesa de Ostrobotnia del Sur, estimó que, en el contexto de un sistema económico abierto, un euro invertido en la construcción en madera genera otro euro en la economía regional. En el caso de que existiera una plena autosuficiencia en el suministro de materias primas, los efectos multiplicadores podrían duplicarse.
[1] Fuente:“Metsän arvoketjujen aluetaloudelliset vaikutukset etelä-ja keski-pohjanmaalla - Puurakentaminen ja yhdistetty lämmön ja sähkön tuotanto". Männisto Tuomas, Törma Hannu y Jylpä Paula. Instituto Ruralia de la Universidad de Helsinki. 2012. Ver páginas 10 y 29 en el archivo adjunto "Raportteja 94.pdf".
¿Nos podrías explicar las razones para poner en marcha esta iniciativa?
La construcción y el entorno edificado son grandes consumidores de recursos. La construcción utiliza cada año cerca de la mitad de las materias primas mundiales y consume, conjuntamente con los edificios, alrededor del 40% de la energía primaria utilizada. Al mismo tiempo, el entorno construido (construcción, calefacción de edificios y uso de electricidad) produce alrededor de un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI).
Como consecuencia las instituciones europeas no dejan de alentar a los Estados Miembros que aumenten el uso de madera en los edificios públicos, actualmente con menos de un 3 % de cuota de mercado. El Pacto Verde Europeo, la Ola de renovación para Europa de la Comisión Europea, el Plan del Objetivo Climático 2030, la Nueva Bauhaus Europea (NEB) o el reciente dictamen del Comité Económico y Social Europeo ligan indisolublemente la gestión sostenible de los bosques con estas políticas de descarbonización, afirmando que la contribución de los bosques y la silvicultura debe reconocerse tanto en la mitigación del cambio climático como en el diseño de políticas forestales: “El aumento del uso de la madera en la construcción para reducir las emisiones de carbono debe fomentarse por medio de una gestión forestal activa y sostenible en la Unión, y no obstaculizarse con restricciones políticas”.
Como resultado, muchos de los países de la UE están adquiriendo compromisos públicos y legales al respeto. La normativa ambiental francesa, denominada RE2020, la estrategia de construcción en madera del Gabinete Federal de Alemania, o la nueva Ley de Construcción adoptada por el Parlamento finlandés son buenos ejemplos de lo que está sucediendo en Europa. Por tanto, a través de los proyectos de construcción pública en madera, las administraciones públicas pueden desempeñar un papel fundamental en el fomento de la penetración de la madera en las nuevas soluciones de construcción más sostenibles.
Galicia no puede ser ajena a estas tendencias en materia de sostenibilidad y descarbonización que se están desarrollando, se trata de una región que aprovechó en el año 2022 más de 11 millones de metros cúbicos de madera (una cifra similar a Estonia y mayor que Eslovenia, Eslovaquia, Croacia o Bulgaria), da empleo directo a más 20.000 personas (12% del empleo industrial gallego) en más de 1.500 empresas que facturan conjuntamente al año más de 2.500 millones de euros.
Madera en la estructura. ¿Qué elementos de la edificación serán de madera?
Desde la Xunta de Galicia se intenta promover la inclusión de madera en los elementos verticales y horizontales de la estructura portante, sea para cubiertas, placas-forjado, muros/pilares o sistemas de compartimentación. En edificios en altura se aconseja valorar el uso de sistemas habituales basados en hormigón para edificar los muros y forjados de sótanos y, al menos, la planta baja, separando del suelo el arranque de los elementos estructurales de madera.
Además, también se incentiva el uso de madera en exterior a través de envolventes, pero tal como señala la Guía y aunque existen numerosos productos de madera aptos para su uso en condiciones de exterior (madera tratada con productos protectores, madera termotratada, madera acetilada, maderas con una elevada durabilidad natural, etc.) el uso de madera en envolventes y carpintería exterior debe ser una decisión consciente y conocida por los promotores, en particular las necesidades de mantenimiento si se desea mantener su aspecto decorativo toda vez que la madera puede requerir un mantenimiento más exigente en comparación a otros materiales.
¿Qué tipo de edificaciones y destinatarios podrán beneficiarse de las ayudas?
Durante los años 2020 y 2022 la XERA convocó ayudas para la realización de proyectos y obras que empleen productos de madera como elementos estructurales. Se financia los honorarios por la redacción de proyectos de construcción nueva, rehabilitación o reforma de edificaciones, naves y establecimientos que empleen productos de madera, pero también directamente la compra e instalación de productos de madera para uso estructural.
Los beneficiarios podían ser Pymes incluidas las personas autónomas, fundaciones y entidades sin ánimo de lucro y siempre que el uso de la edificación fuera industrial, comercial, recreativo, hotelero, oficinas, sanitario asistencial (incluye socio-asistencial), educativo, cultural o deportivo o también podían ser beneficiarios aquellas personas físicas que deseen construir o rehabilitar una vivienda unifamiliar. En cualquier caso, los beneficiarios deben estar radicados en Galicia.
Cuando menos, el 20 % del presupuesto de ejecución material del proyecto (PEM) debía corresponderse a productos de madera o derivados de la madera para usos estructurales, no computando en ese 20% las carpinterías interiores, pavimentos y acabados interiores.
El importe máximo de la subvención fue del 70 % del gasto subvencionable, aumentando este porcentaje un 10% en caso de que la madera provenga de montes gallegos con sello de certificación forestal (por ejemplo, FSC) y cuya madera esté trazada mediante tecnología blockchain, o en caso de que dispusiese del sello de garantía “Pino de Galicia”.
Los importes máximos de ayuda fueron de 70.000 euros para PYMES, asociaciones, organizaciones, fundaciones y entidades sin ánimo de lucro y de 50.000 euros para personas físicas.
Durante el año 2024 se prevé la publicación de una nueva convocatoria bianulizada con un importe de 2 millones de euros.
¿Hay hecho algún cálculo de la reducción de huella de carbono que podría derivarse de esta iniciativa?, ¿incrementos de consumo de madera?
Es un dato que no se dispone aún, sabemos que las estimaciones nos dicen que la utilización de un metro cúbico de madera en sustitución de otros materiales de construcción reduce las emisiones de CO₂ a la atmósfera una media de 1,1 a 3,9 toneladas de CO2.[1]
Según un estudio comparativo presentado por la entidad pública de promoción de vivienda de Navarra (Nasuvinsa) al amparo de las acciones ligadas al Plan Vivienda (Navarra Social Housing), hay una diferencia del 33% en emisiones de carbono entre un forjado de CLT y un forjado de hormigón, si realizamos esta comparativa para el conjunto del sistema estructural las construcciones en madera ahorran un 25% de emisiones de gases de efecto invernadero.
Al amparo de este secuestro de carbono atmosférico en la madera y el efecto sustitutivo por acero/hormigón se están implantado desde el año 2019 mercados de carbono voluntarios basados en la incorporación de elementos de madera que posean largos ciclos de vida (estructural), denominados Carbonated building elements o Wooden building elements. Los precios que refieren las entidades promotoras de estos sistemas voluntarios de créditos voluntarios de carbono varían actualmente en el entorno de los 26€ por tonelada de CO₂ equivalente.
Por ejemplo, el diseño original del John W. Olver Design Building (Universidad de Massachusetts Amherst) incluía una estructura de acero. Cambiar el diseño de acero a un sistema compuesto de madera redujo significativamente la huella de carbono del edificio; de hecho, los 1.900 metros cúbicos de madera utilizados en el edificio almacenarán más de 2.000 toneladas de dióxido de carbono a lo largo de su vida a lo largo de sus 8.130 metros cuadrados construidos.
Respecto al posible incremento de consumo, tampoco se disponen de datos, pero entendemos que las tasas de aprovechamiento en Galicia son ya muy elevadas (más de 11 millones de metros cúbicos en el año 2022) y aunque cada vez hay más madera en los montes[2], lo cierto es que de los 2.125.767 m3 de tabla fabricados en España en 2021 el 66% tuvo un destino ligado al pallet y embalaje. La XERA otorga ayudas para la adquisición de equipos portátiles para la clasificación estructural de madera por métodos no destructivos, para maquinaria e instalaciones de primera transformación destinadas a la clasificación automática de la madera estructural mediante aspectos visuales o indirectos o mediante la aplicación de escáneres de imagen, dimensionales, rayos X y otros tipos, el objetivo último de la Agencia es traccionar la clasificación de la madera por calidades y destinos, intentando que aquella madera de mayor calidad tengo destinos de alto valor añadido, como es, entre otros, la madera para fines estructurales en la construcción.
[1] Fuente: How can wood construction reduce environmental degradation? Elias Hurmekoski. European Forest Institute 2017
[2] https://www.miteco.gob.es/content/dam/miteco/es/biodiversidad/estadisticas/anuario_ef2020_tcm30-559705.pdf
¿Qué papel desempeña la gestión forestal sostenible en esta iniciativa? ¿Y la certificación de la madera?, ¿la certificación será un requisito?
Como ya se ha mencionado, la madera que posea un certificado de gestión forestal sostenible tendrá un mayor porcentaje de subvención en las ayudas públicas de Galicia dirigidas al impulso en promoción privada de la madera con fines estructurales.
Además, en la Guía publicada para el incentivo de la madera en la edificación pública, los sistemas certificación forestal (tanto de Gestión Forestal como de Cadena de Custodia) tienen un protagonismo especial, se aconseja su empleo para la determinación de prescripciones técnicas o incluso su incorporación en los criterios de valoración o condiciones especiales de ejecución, presentándose varios ejemplos de su utilización en pliegos de condiciones técnicas como la “Guía Verde” de medidas medioambientales en la contratación pública en el ámbito de la edificación de la Generalitat Valenciana o su inclusión como criterio de adjudicación sujeto a valoración subjetiva de la Sociedad pública Vivienda y Suelo de Euskadi, S.A – VISESA. Mención aparte merece la licitación del edificio Impulso verde del ayuntamiento de Lugo que no sólo incorporaba la certificación forestal de GFS en origen, sino que además incorporó la certificación FSC de proyectos, una herramienta que permite demostrar el origen responsable de los materiales de construcción de origen forestal empleados al amparo del sistema de certificación FSC. Un certificado reconocido por BREEAM, LEED y por el Living Building Challenge.
Es decir, ya existen numerosos ejemplos de cómo y de qué manera se puede introducir la certificación forestal como requisito por los órganos de contratación y la Guía para el fomento de la madera en la contratación pública de edificaciones sostenibles publicada por la XERA recopila y sintetiza dichas maneras.
¿Consideras esta medida replicable en otras comunidades autónomas?
Desde luego creemos que así es. Los gobiernos regionales irán asumiendo compromisos públicos en materia de descarbonización, el Programa de Construcción en Madera del Ministerio de Medio Ambiente de Finlandia ha fijado las proporciones de madera en la construcción pública de nuevos edificios para el año 2025 (65% de los edificios educativos, 35% para los de carácter sanitario, 46% para vivienda pública…). De igual forma, el Reglamento de Contratación Pública Ecológica de Eslovenia establece unos objetivos mínimos que los poderes públicos deben exigir en las licitaciones públicas de nueva edificación, entre ellos que la proporción de madera o materiales derivados de la madera en los edificios será como mínimo del 30 % del volumen de los materiales incorporados en la construcción.
La Xunta de Galicia no ha sido ajena a estas tendencias, y recientemente el presidente anunciaba públicamente el compromiso de incorporar de forma gradual, a partir del año 2024 la madera como elemento estructural en las nuevas edificaciones públicas hasta llegar al 20%.
Y es que lo cierto es que algunas ciudades y regiones ya han asumido públicamente compromisos en materia de edificación sostenible, actualmente 29 ciudades de todo el mundo (Valladolid en España) y 6 regiones/estados (California, Baden-Württemberg, Gobierno de Escocia, Yucatán, Cataluña y Navarra) firmaron el Compromiso de Edificios Net Zero Carbon del World Green Building Council (WorldGBC), junto con más de 140 organizaciones y empresas, entre ellas las empresas líderes mundiales del sector inmobiliario. Al firmar el Compromiso, las ciudades, regiones y las empresas se comprometen a alcanzar cero emisiones netas para los suyos propios edificios para 2030, y las ciudades y regiones se comprometen la que todos los edificios de sus ámbitos territoriales alcancen el objetivo para 2050, uno de los objetivos climáticos urbanos más ambiciosos del mundo. Sin duda, la madera puede jugar un papel fundamental en la consecución de estos compromisos públicos.
Más madera en nuestras ciudades ¿están los usuarios y público en general preparados para un cambio en el uso de los materiales con fines constructivos?
Sin duda, este punto se presenta como crítico en la puesta en marcha de este tipo de iniciativas públicas. Existen un conjunto de clichés relacionados con el uso de la madera en construcción y especialmente en su uso en exteriores que hay que ir desterrando con información y formación.
Y en este ecosistema compuesto por diferentes actores los prescriptores y empresas de construcción poseen un papel muy relevante.
A la construcción en madera se dedican entre un 3-5% del total de créditos de los planes de estudio de los Grados de las escuelas de Arquitectura en España, en el mejor de los casos se llega al 10%. Redactar un proyecto que contemple el uso de elementos estructurales de madera requiere proponer un diseño arquitectónico adaptado al material desde el inicio. Realizar un proyecto con otros materiales (hormigón/acero) para a continuación recalcular las cargas y las dimensiones necesarias para construirlo en madera supondrá un importante sobrecoste que podría llegar hasta un 26%. La incertidumbre como consecuencia de un menor conocimiento genera lógicas dudas y riesgos que un prescriptor no desea tomar. En muchos casos esta situación produce que aquellos promotores que quieran explorar la construcción con elementos de madera sean disuadidos por los propios prescriptores. La formación es la solución.
Ante esta situación, varios agentes del sector forestal de Galicia están dedicando tiempo y recursos en formar e informar. Anualmente la Agencia realiza una convocatoria de ayudas públicas para la organización de actividades formativas no regladas y de divulgación que impulsen el conocimiento, la competitividad y la innovación de la industria forestal de Galicia donde el uso de la madera en construcción posee una prioridad específica, gracias a ello este año 2023 se han podido celebrar cursos de cálculo de estructuras de madera y de cálculo sísmico en estructuras de madera por PEMADE (USC), jornadas Internacionales de madera y de la marca de garantía Pino de Galicia (CESUGA) o cursos en construcción Industrializada y eficiente con madera (Fundación Arume).
En la XERA además hemos impartido formación interna al personal de la Xunta de Galicia en materia de sistemas constructivos en madera (entramado ligero y CLT), y gracias a un protocolo de colaboración conjunto con el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG) se han impartido cursos a sus colegiados en materia de introducción a las estructuras de madera y de rehabilitación en arquitectura tradicional con madera con una demanda extraordinaria que asegura nuevas ediciones para el siguiente año.
Mención especial merece la acción del Clúster de la Madera y Diseño de Galicia (CMD) que, en colaboración con la Fundación Laboral de la Construcción en Galicia, está impartiendo de forma reiterada (3 ediciones en el año 2023) cursos de formación de instaladores en estructuras de madera contralaminada.
Industria forestal y desarrollo rural están fuertemente vinculados, ¿cómo hacer llegar esta simbiosis inherente a los urbanitas y a las ciudades?,¿es la reducción de la huella de carbono del sector de la construcción por sí misma gancho suficiente?
Al optar por la construcción en madera, los agentes públicos destinan recursos comunes a dos importantes objetivos: reducir las emisiones climáticas mediante el secuestro de dióxido de carbono en los edificios; y apoyar el desarrollo de la cadena de valor forestal-madera, que representa una fuente de beneficios ambientales, sociales y económicos, especialmente relevante en comarcas rurales afectadas por las dinámicas de despoblamiento, con baja actividad de gestión forestal y donde es elevada la recurrencia de la actividad incendiaria.
Desgraciadamente, el cambio climático, va a obligar a tomar medidas extraordinarias. Los ciudadanos europeos están cada vez más concienciados, y ya están exigiendo a los gobiernos de los diferentes estados pasos concretos en materia de compromiso climático. Las políticas públicas irán transicionando desde la voluntariedad hasta la fijación de umbrales máximos, tasas e impuestos a la emisión de gases efecto invernadero (GEI) en la construcción. En este sentido, Helsinki será la primera ciudad de Finlandia en introducir un umbral o techo a la huella anual de dióxido de carbono en los nuevos edificios de gran altura, no pudiendo superar una huella anual de dióxido de carbono superior a 16 kilogramos eq. de CO₂ por metro cuadrado (construido) cada año. Recientemente (enero 2023), Dinamarca ha incorporado nueva normativa ambiental de obligado cumplimiento (Código de Edificación Danés). Para nuevas construcciones con una superficie inferior a 1.000 m² se ha introducido como requisito el cálculo del análisis de ciclo de vida (ACV) sin valor límite umbral. Asimismo, en el caso de nuevas construcciones de mayor superficie (>1.000 m²) se ha fijado un valor límite umbral de 12 Kg CO2 eq/m²/año y un estándar voluntario de 8 Kg CO₂ eq/m²/año. Está previsto que estos valores sean revisados en el futuro cada dos años.
Francia implementó una tasa llamada "contribución climática del edificio" (CCE) que se establece en 44,60 euros por tonelada de CO₂ emitida durante el ciclo de vida del edificio. La CCE se aplica solo a los edificios nuevos y a los que se sometan a una importante rehabilitación y Suecia y Países Bajos tienen un impuesto al carbono que se aplica a todas las emisiones de CO₂, incluidas las generadas por la construcción y el uso de edificios. El precio actual del impuesto al carbono en Suecia es de aproximadamente 116 euros por tonelada de CO₂ emitida, en el caso de los Países Bajos es de aproximadamente 50 euros por tonelada de CO₂ emitida.