El Día Internacional de los Bosques este año 2023 y bajo el lema “Bosques y salud”, tiene el objetivo de recordarnos la relación directa que existe entre los bosques y nuestra salud ambiental, económica y social, como productores de recursos económicos, generadores de desarrollo local y bienestar social; y como fuente de servicios ecosistémicos o beneficios ambientales, necesarios para la vida humana.
“Los bosques son productores de recursos y materiales que promueven la economía circular, el desarrollo local y la descarbonización de nuestra economía, pero sobre todo son fuente de salud y de vida, pues proporcionan beneficios esenciales insustituibles que son necesarios proteger a través de una selvicultura responsable, como son la disponibilidad de agua y de suelo, la biodiversidad animal y vegetal que albergan y la captación de CO2,”, señala Gonzalo Anguita, director ejecutivo de FSC España.
Bosques bien gestionados
La gestión forestal y selvicultura responsable abarcan aspectos y criterios ambientales, sociales y económicos, aplicados de forma equilibrada, cuyo fin último tal y como señala el marco normativo vigente, implica un uso de los montes de forma e intensidad que permita mantener su biodiversidad, productividad, vitalidad, potencialidad y capacidad de regeneración, para atender, ahora y en el futuro, las funciones ecológicas, económicas y sociales relevantes en el ámbito local, nacional y global, y sin producir daños a otros ecosistemas.
Para garantizar que la gestión forestal de nuestros montes se realiza de forma responsable y sostenible, las estrategias y planes forestales de ámbito nacional y autonómico, promueven la certificación forestal independiente como sistema de verificación reconocido y necesario, para establecer un marco de gestión forestal más riguroso que impulse la creación de un mercado sostenible de productos de origen forestal, adecuadamente identificado.
La certificación promueve una gestión forestal más responsable
La certificación bajo el estándar español de gestión forestal FSC verifica el cumplimiento de hasta 202 indicadores ambientales y sociales e incluye en su alcance de certificación, los productos maderables y no maderables; y la opción de verificar el mantenimiento y mejora de beneficios ambientales o servicios ecosistémicos indispensables como son la biodiversidad, el suelo, los servicios de las cuencas hidrográficas, el almacenamiento de carbono y los servicios recreativos o de ocio.
La Certificación FSC exige a los propietarios contar con plan de gestión forestal, auditado anualmente por entidades certificadoras independientes, no exigido por las leyes, donde deben quedar reflejados los recursos disponibles, los objetivos y los procedimientos que se realizan, todo ello supeditado a la disponibilidad de los recursos forestales largo plazo.
Los bosques certificados son superficies forestales en las que se protegen los valores ambientales de forma rigurosa, pues los propietarios forestales están obligados a mantener y restaurar los servicios de los ecosistemas y a evitar, reparar y mitigar los impactos ambientales negativos.
Además, desde un punto de vista de conservación, exige a los propietarios disponer de procedimientos para identificar aquellas zonas o áreas, dentro de sus propiedades, que representen un importante valor ecológico y establecer medidas preventivas de protección y mejora. Estos valores, denominados Altos Valores de Conservación, abarcan diversidad de especies, con especial foco en las especies raras o amenazadas, ecosistemas y hábitats, servicios de los ecosistemas básicos en situación crítica, incluyendo la protección de zonas de captación de agua, el control de la erosión de los suelos y valores culturales.
Desde un punto de vista social, la gestión forestal responsable certificada FSC protege los derechos de los trabajadores y los intereses de las comunidades locales, a las que integra en la gestión forestal; y exige disponer de medidas, tanto para proteger espacios de interés cultural, ecológico o espiritual de importancia local, como para mitigar el impacto negativo de la actividad forestal en dichas comunidades.
“La gestión forestal certificada FSC representa una garantía de sostenibilidad en la gestión forestal para toda la sociedad pues exige a los propietarios disponer de un plan de gestión forestal a disponibilidad pública, lo cual es una exigencia no contemplada en las leyes. Además, este plan de gestión está sujeto a auditorías anuales, lo que implica que los propietarios tienen el deber de cumplir con la planificación establecida e incorporar en su plan y actividad forestal los resultados de las evaluaciones; y sobre todo, garantizar que la actividad forestal se realiza protegiendo los altos valores de conservación identificados y monitorizados, que de otra forma no estarían debidamente contemplados y tenidos en cuenta a la hora de realizar los trabajos forestales ”, destaca Gonzalo Anguita, director ejecutivo de FSC España.